jueves, 25 de noviembre de 2010

Cuando la tortura ni se crea ni se destruye, solo se transforma



Montar sobre un hombre-caballito nos podría llevar directamente al Corte Inglés


El sueño mandrileño

"El sueño mandrileño puede ser cumplido por todos" dicen unos atavoces muy chulos instalados por doquier; desde en los semáforos hasta en los pisos piloto

El sueño mandrileño es el siguiente: usted puede ir a caballito sobre la espalda de otro en vez de cargar a alguien sobre sus riñones. En otras palabras; la estructura que permitió los campos de exterminio y el gulag sigue activa. Desde el progrom hasta la obediencia debida están aquí, entre nosotros, los mandrileños. La moral desaparece justo a la hora de fichar. Se invita a los niños a estudiar, esto es, a montar a caballito sobre otros, ¡y cuantos pobrecitos se encaminaron por la senda que prometía una salida! ¡Y cuantos no se encaminaron por senda prometida alguna y acabaron cargando sobre sus espaldas a otros! El presidente de una comunidad de vecinos le dijo un día a Dominguet que había ahorrado 3000 euros al año gracias a un cambio de contrata para la limpieza del portal. Lo que no dijo nunca es que el empleado que fregaba a diario las escaleras del portal iba a quedarse sin dientes, ¡y ahora solo soñaba! ¡Soñaba con recorrer el mundo sobre la espalda de un hombre-caballito!

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