miércoles, 17 de noviembre de 2010

Un ácaro descomunal destroza a Dominguet


Dominguet, preparando una trampa contra un ácaro gigante
Noticas sobre guerra de los ácaros y la humanidad

La guerra entre los ácaros gigantes y anarquistas se ha saldado con una baja. Dominguet ha caido.

Dominguet abre algunas cajas y descubre bestiales ácaros que se abalanzan sobre su rostro. Sabe que la guerra entre anarquistas y ácaros debe acabar. Es una guerra imposible. Dominguet lo sabe, debería ser el amigo de los ácaros. Establecer algún tipo de alianza. Convivir. Pasear. Hablar con ellos sobre lo justo y lo injusto. Mirar a los ojos de los ácaros y descubrir en su mirada los ojos de Dios. Y abre un libro olvidado desde hace más de un año, y un ácaro le golpea severamente el pecho.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

con tus terribles poderes puedes probar a transformarlos en rosas ácratas antes de intentar cualquier
pacto. A lo mejor dios, que no existe, deja de observarte.

PELLICER dijo...

Mira Dominguet, el ácaro vive de nosotros, como el poderoso, pero también vive entre nosotros, al contrario que el poderoso.

Y apenas se sirve un poquito de nuestra personilla, lo justo para vivir bien, y carece de la avaricia psicótica del poderoso.

Rompo aquí una lanza en favor de ese pequeño y entrañable cabroncete tanto tiempo incomprendido: el pseudo-compañero ácaro.

(Estás usando antihistamínicos, ¿verdad?)

Anónimo dijo...

CONTIÑO:

Hai ras que se fan grandes converténdose en príncipes

outras, pequeniñas,
raíñas

Leo Arremecaghona

Anónimo dijo...

é fácil emocionarse,o difícil

é

moverse


(collido de L A)

Dominguet dijo...

A pelo. Sin antihistamínicos.

En cualquier caso me pregunto si la voluntad del ser humano para ser amigo de los ácaros se corresponde con la voluntad de los ácaros; ¿quieren ser los ácaros nuestros amigos?

 
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