Dominguet, preparando una trampa contra un ácaro gigante
Noticas sobre guerra de los ácaros y la humanidad
La guerra entre los ácaros gigantes y anarquistas se ha saldado con una baja. Dominguet ha caido.
Dominguet abre algunas cajas y descubre bestiales ácaros que se abalanzan sobre su rostro. Sabe que la guerra entre anarquistas y ácaros debe acabar. Es una guerra imposible. Dominguet lo sabe, debería ser el amigo de los ácaros. Establecer algún tipo de alianza. Convivir. Pasear. Hablar con ellos sobre lo justo y lo injusto. Mirar a los ojos de los ácaros y descubrir en su mirada los ojos de Dios. Y abre un libro olvidado desde hace más de un año, y un ácaro le golpea severamente el pecho.
5 comentarios:
con tus terribles poderes puedes probar a transformarlos en rosas ácratas antes de intentar cualquier
pacto. A lo mejor dios, que no existe, deja de observarte.
Mira Dominguet, el ácaro vive de nosotros, como el poderoso, pero también vive entre nosotros, al contrario que el poderoso.
Y apenas se sirve un poquito de nuestra personilla, lo justo para vivir bien, y carece de la avaricia psicótica del poderoso.
Rompo aquí una lanza en favor de ese pequeño y entrañable cabroncete tanto tiempo incomprendido: el pseudo-compañero ácaro.
(Estás usando antihistamínicos, ¿verdad?)
CONTIÑO:
Hai ras que se fan grandes converténdose en príncipes
outras, pequeniñas,
raíñas
Leo Arremecaghona
é fácil emocionarse,o difícil
é
moverse
(collido de L A)
A pelo. Sin antihistamínicos.
En cualquier caso me pregunto si la voluntad del ser humano para ser amigo de los ácaros se corresponde con la voluntad de los ácaros; ¿quieren ser los ácaros nuestros amigos?
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