martes, 15 de febrero de 2011

Como llegar en bicicleta al futuro


Me ha llegado un correo de Esperanza Aguirre; me dice que por si acaso, ya tiene las maletas preparadas. Lástima que no vaya a encontrar taxi


Algunas propuestas para llegar al futuro en bicicleta

Llamar esta noche de madrugada a las puertas de la casa de cada uno de los banqueros de Mandril y detenerlos a todos.

Tomar apuntes sobre lo que está ocurriendo en Tunez, Egipto e Islandia. Impedir que el Rey Juan Carlos se largue de Mandril en coche; si se quiere pirar que se vaya en bicicleta. Apagar la luz todos los dias 15 de cada mes, hoy mismo, durante una hora. Rebuscar en la estantería panfletos y libros de los 70'. Iniciar redadas en las sedes de las operadoras de móviles, constructoras y empresas energéticas y confiscar los discos duros de sus ordenadores. Expropiación de todas las empresas de fondos de pensiones privados. Quedar con tus amigos.

4 comentarios:

Unimouse dijo...

Sí, hay que mirar hacia Túnez, Egipto...sí, pero fíjate Dominguet que tienen algo en común esos lugares de valerosos ciudadanos: habían tocado fondo por completo.

El único camino para poder hacer algo de interés es haberlo perdido todo. Solo desde cero empieza la cuenta otra vez.

Dominguet dijo...

Totalmente de acuerdo

Pero Unimouse, y si es cierto que para hacer algo de interés hay que haberlo perdido todo,¿qué podría ocurrir si por ejemplo se ha llegado a un fondo tan absoluto en el que quizá no es posible ni siquiera un solo movimiento positivo?

Y otra duda igualmente inquietante; y mientras tanto, antes de tocar fondo, ¿no es posible de ninguna manera poner el contador de nuevo en cero, y empezar todo de nuevo? Yo quiero creer que se puede, mientras exista una sola persona que lo deseé

Unimouse dijo...

Dominguet, la única situación en la que un humano no puede hacer nada es cuando ha muerto -y entonces el problema está resuelto, porque un muerto no es un humano y deja de tener problemas de humanos.

La puesta a cero del contador puede ser la obra de un individuo, tal vez, aunque pronto tendría un grupo, grande o pequeño, alrededor. Es cuestión de estadística: nadie es el único en nada.

El problema es que el cero absoluto debería afectar a toda la humanidad y eso es una imposición. Eso es lo que creo que están intentando hacernos los que pretenden implantar su nuevo orden: llevarnos a su cero a la fuerza para obligarnos a sus nuevas normas.

Pienso que los ceros han de ser relativos a cada grupo y, por tanto, a la medida. El concepto revolucionario del XIX, el levantamiento de las masas contra el poder, sabemos que está condenado al fracaso (aunque resulte fascinante como espectáculo).

Creo en las pequeñas revoluciones consistentes en la deserción. En encontrar la forma de irse del rebaño con gente con la que te entiendas y en que este proceso paulatino es contagioso y puede ser irreversible.

(Pero claro, tenemos pocas pruebas de campo para saber si no estoy completamente equivocado y camino de mi propia auto-extinción)

ilusoria dijo...

pues nada, a experimentar! Cabiemos la colmena por enjambres disidentes.

Lo del cero está bien pero hay que pirarse cuanto antes; el cero infinito congela las ideas y la mayoría no sabemos patinar.

En cuanto al nuevo orden, que se olviden que sigamos acatando sus normas. No hay norma exterior que pueda gobernar por su cara bonita en el imperio de mi mente. No sé en las vuestras.Prefiro pensar que tampoco.

Nada se extingue, unimouse, nada se extingue.

 
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