"¡Indignaos!"
Dominguet se dirige a la plaza pública. Está muy inquieto. El miedo le paraliza, sus palabras se embrollan, se aturulla, tartamudea. La voz se quiebra. Su mirada se agua. Le falta aire y lo dice, si, alto y claro, dice; "¡Indignaos!"
"Ha llegado el tiempo de la indignación. Indignaos si, para no sentir más que estamos solos ¡Es la hora de indignarse! Para no seguir más huyendo ¡Indignaos! Para abandonar la indiferencia para siempre ¡Tenemos que indignarnos! ¡Indignarnos sin cesar! Para reconstruir, para crear, para resistir, tenemos que indignarnos, para encontrarnos, buscarnos, hallarnos, ¡indignaos!. Nunca más volveremos a mirar al suelo. Han llegado los tiempos de mirar a los ojos ¡Indignaos!"
"Ha llegado el tiempo de la indignación. Indignaos si, para no sentir más que estamos solos ¡Es la hora de indignarse! Para no seguir más huyendo ¡Indignaos! Para abandonar la indiferencia para siempre ¡Tenemos que indignarnos! ¡Indignarnos sin cesar! Para reconstruir, para crear, para resistir, tenemos que indignarnos, para encontrarnos, buscarnos, hallarnos, ¡indignaos!. Nunca más volveremos a mirar al suelo. Han llegado los tiempos de mirar a los ojos ¡Indignaos!"
3 comentarios:
yo estoy indignadísimo!
¡No te indignes contigo! Indaga, si, se amable contigo misma, lo has hecho lo mejor que has podido.
Y ahora, levántate.
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