Los hombres y las mujeres bala van cayendo uno a uno sobre un descampado a las afueras de Mandril
Siempre hay una oferta de empleo para el hombre bala
No saben como han llegado hasta allí. Todavía podrían volverse atrás, pero la inercia les hace encaminarse hacia el cañón que les espera
Y allá van, se suben al cañón y se despiden de sus hijos y sus amantes y salen disparados hacia lo desconocido. Es tan solo un instante, y su cuerpo atraviesa el Gran Mandril antes de desintegrarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario