martes, 11 de febrero de 2014

Todo sobre la hechicería anarquista

Sobre la mesa del escritorio hay un trozo de madera, si lo soplas, ocurren cosas

Magia anarquista

Estamos rodeados de objetos mágicos, pero nadie lo sabe. Sobre la mesa del escritorio hay un trozo de madera, si lo soplas, cobra vida. 

Entre mis objetos mágicos favoritos se encuentra el cuaderno y la pastilla de jabón mágica. Lo que escribo en el cuaderno mágico se suele hacer realidad. Cuando era pequeño escribía cosas en el cuaderno relacionadas con mi estrecho entorno, y ocurrían. Al ir cumpliendo años he ampliado el entorno y puedo modificar la política general del país sin demasiado esfuerzo, con tan solo creérmelo, pero ese es precisamente el problema, hay que creérselo. Lamentablemente, a medida que pasan lo años, uno deja de creerse muchas cosas, y créanselo, el descreimiento es uno de los mayores enemigos de la humanidad. Así no hay manera de cambiar la realidad.

La peluquería de los chinos es mágica, cuando me cortan el pelo veo siempre las cosas de otra manera. Sansón no perdió sus fuerzas al cortarse el pelo, ganó timidez. Mi teoría es la siguiente, al perder el pelo aumentó considerablemente su timidez, y la realidad comienza a pesar demasiado cuando uno pierde el pelo, Así no hay manera de cambiar la realidad. Para cambiar la realidad no hay que cortarse ni un pelo.

La pastilla de jabón mágica actúa como un indicador de cambio de paradigma, una vez que se agota tu pastilla de jabón favorita, se cierra un gestal y la realidad cambia. Una pastilla de jabón que nunca se gasta impide la aparición de nuevas experiencias. Sabiendo esto, puedo a mi antojo evitar cambios o iniciarlos, tratando de usar en demasía la pastilla de jabón mágica, o usarla hasta agotarla, propiciando cambios en la realidad. 

En cualquier caso, la magia producida por los objetos, no son nada con el poder de la palabra y la acción. Sus resultados son asombrosos; un ejemplo concreto: el gobierno católico del gran Mandril extrae de la hucha de los mandrileños millones de euros bajo la promesa de construir vivienda social, sin embargo, construye exactamente su contrario, es decir, vivienda antisocial, que después vende a Goldman Sachs a un precio inferior al de coste. A esto se le llama desviar el dinero de todos a los especuladores, y es en ese momento cuando ocurre la magia: alguien, una desconocida (podría ser usted), mediante su voz, unos pasquines y la voluntad hace un llamamiento para entrar a la acción, esto es, convoca a los vecinos a la asamblea. Entonces todo es impredecible, si los vecinos se organizan, ya sea para evitar ser expulsados de su vivienda, entonces sucede, la realidad comienza a cambiar antes de que la realidad les cambie a ellos. En otras palabras, comienza la guerra contra los especuladores.


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