domingo, 23 de febrero de 2014

Todo sobre las edificaciones vivientes




Hay mucho más que decir sobre los edificios vivos del futuro, pero da miedo



Los pisos orgánicos

Contra el ladrillo nacen los pisos orgánicos, estructuras vivas que nacen y respiran. El fin de la construcción tal como hasta ahora hemos conocido.

Al principio se experimentó con casas vegetales, que requerían un menor consumo energético, florecían, y podían multiplicarse por medio de semillas. Esto supondría el fin del problema de la vivienda, pero eran demasiado fríos. Finalmente se optó por los pisos de carne, seres de sangre caliente a veinticuatro grados. Que estos pisos vivos autorregulen su temperatura corporal eliminó de una vez por todas los sistemas de aire acondicionado. La vida en el interior de estos pisos es confortable, como si nos encontráramos en el útero materno, a la vez que relajante, produce una agradable somnolencia, que ha reducido sensiblemente el consumo de pastillas para dormir. Estos pisos vivos son alimentados por los propios vecinos, que entregan sus despojos orgánicos, una vez separados de los plásticos, y que permiten el mantenimiento de las constantes vitales del edificio. La vida útil del edificio se calcula en setenta y cinco años, siendo sustituido por un edificio nuevo y joven al poco tiempo. Tras la muerte del edificio, la comunidad se hace cargo de su cuerpo. Dependiendo del encariñamiento, es enterrado, carbonizado, o entregado a la industria cárnica. En algunas ciudades es fácil encontrar placas, detalles y monumentos recordando al edificio fallecido.

Lamentablemente estos pisos vivientes todavía requieren de ciertos retoques; bioquímicos y genetistas, que ya han reemplazado a arquitectos y constructores, se han puesto en ello, tratando eliminar los sueños del propio edificio, las crisis de sonambulismo, las depresiones, la sensación de soledad y el estrés que sufren estos pisos, que a veces se agitan en la noche, causando inquietud en los inquilinos. El surgimiento de la conciencia en estos edificios, que ya albergan a más ochenta por ciento de la población, ha inagurado el debate, sobre el trato y el maltrato, y si es posible incluir una carta de derechos que contemple a estas singulares edificaciones. Actualmente existen dos lineas de investigación y de partidarios, aquellos a favor de los edificios con sistema nervioso y sin él. Sea o que sea, estos pisos vivientes piensan. A veces murmuran algo, algo incomprensible. 





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