"Aquí Federico; emitiendo al mundo entero"
Desde cualquier lugar de la ciudad de Mandril se puede escuchar un constante y temible mensaje en abierto. No se necesita receptor alguno para oirlo.
Enfermos moribundos tratan de ponerse en paz consigo mismos antes de morir pero de sus labios solo es capaz de brotar un terrible presagio que acelera su final: "¡¡Mandril se disuelve!!" Los estertores de la muerte desbordan la ciudad. Del Corte Inglés salen violentas turbas evangelizantes gritando "¡Viva el libre mercado". Los indigentes piden ellos mismos ser devorados por las llamas. Miles de hombres y mujeres se azotan para alejar el mal de sus cuerpos. Los padres entregan a sus hijos para que se experiemte con sus cuerpos. Desde un sencillo habitáculo, un hombre modesto, sin descanso ni tregua alguna, ha puesto en funcionamiento un aparato que emite ondas. Pero no un aparato de ondas cualquiera, sino de ondas que penetran en el mismísimo cerebro. A veces, la condensación de las ondas hacen que entre en combustión el cerebro de algunos oyentes. Las noches de Mandril ciudad son particularmente bellas. Si usted se asoma al balcón, repliquean hemosas lucecitas aquí y allá que nacen y mueren como los fuegos fatuos de los cuerpos de miles de hombres que han muerto en la guerra. Son las llamas de miles de cabezas que iluminan la noche.
Este diminuto hombrecillo va a salvar Mandril
1 comentario:
Genial xD
Sobre todo la frase 'Enfermos moribundos gritando "Madrid se disuelve" 'me he imaginado un ejército de abuelos zombis babeando con banderitas españolas y gritando 'La culpa es de cetapé, la crisis la trajo él'; 'Alabemos al mesias' (y la foto de Federico Jimenez Los Demonios)
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