miércoles, 12 de mayo de 2010

Planchar la camisa que uno lleva puesta



Los voluntarios para vivir 250 años no han ocupado sus plazas para viajar a Plutón

Friegaplatos destino Plutón

Una compañera de Dominguet comentaba que su abuela se planchaba la ropa que llevaba puesta sin quitarsela. Imaginen la escena. Mientras la abuela se quema viva, un posible observador exterior descubrirá el comienzo de un guión fabuloso, o mejor, un novedoso invento para un anuncio de Tele-Tienda

Toda idea grandiosa lleva consigo algunos sufrimientos. Por ejemplo; grandes quemaduras en los primeros ensayos con cobayas humanas en el camino hacia la plancha que elimina las arrugas de la ropa que uno lleva puesta. Desde que Dominguet comenzó a hacer el pino todas las mañanas descubrió algunas cosas: que para ir a comprar el pan en coche a un precio asequible es necesario de algunas cobayas humanas en algún lugar del desierto o que para construir un fabuloso edificio son precisas unas cuantas cobayas humanas que caigan desde el andamio. Para que toda idea grandiosa se instale en lo cotidiano se precisa de cobayas humanas. Y esta es la novedad que aporta Dominguet: ¿No podrían elegirse a las cobayas humanas mediante sorteo entre los partidarios de tal o cual proyecto? El sorteo amigas y amigos es el sistema más democrático que existe, de eso no hay ninguna duda. Imaginen esta realidad: el descubrmiento de una sustancia en las profundidades abisales de Plutón nos permitiría vivir con cierta alegría y saludablemente hasta los 250 años de edad ¿Quién iría en su busca? Dominguet responde: "Quién mejor que los partidarios de vivir 250 años consumiendo esa sustancia" Es cierto que los partidarios de vivir mucho morirían pronto en el empeño. Pero seamos realistas, lo más práctico es que el sacrificio lo haga el otro

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