lunes, 6 de septiembre de 2010

Sobre el asunto de las plantas carnívoras



En la fotografía, Dominguet posa con una de las plantas carnívoras

¡Plantas carnívoras!

Algún dia, en cada ventana, en cada balcón de Mandril se asomará una planta carnívora y dirá a los niños "¿Puedo jugar con vosostros?"

Inmensas extensiones de monocultivos de plantas carnívoras y millones de terneras, lechones y corderos sacrificados para ser entregadas a esas hermosas plantas hambrientas de carne tierna. Después el camino de siempre; camiones que llegan a Mandril con las plantas, y miles de hombres y mujeres que bajan corriendo de sus pisos ¡Ha llegado el camión de las plantas carnívoras! Y las suben a sus casas, y las dicen cosas preciosas. Oh, si pudieramos enseñar a hablar a nuestras plantas carnívoras, leer con ellas poesía, ver la televisión juntos a la noche, entonces no nos sentiriamos tan solos. Si las enseñáramos a salirse de las macetas, a dar sus primeros pasos por este mundo asombroso, entonces quizá, podrían buscarse la comida por ahí, en vez de arruinar siempre nuestra nevera. Si nuestras plantas carnívoras pudiesen asomarse al balcón cuando las corrientes fueran propicias y abrirse al mundo y esparcir sus semillas a los cuatro vientos, entonces, Mandril germinaría, y en los parques las plantas dirían "hola" a los paseantes, y lucharían a muerte contra las ratas, y hablarían de lo justo y de lo injusto, pero por favor, que no se acerquen a nuestros niños.

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