Si la lista de ideas para el cambio de Dominguet se empezaran a apolillar siempre podría donarlas al Centro de Arte Reina Sofía y convertirlas en una singular obra de arte contemporanea
Mi lista de ideas para el cambio
Dominguet se ha levantado con cierta urgencia; se ha propuesto escribir la lista más grande del mundo con todos los cambios que están por hacer y que son necesarios
La lista sería como una especie de lluvia de ideas para el cambio. El cambio efectivamente será una mezcla de propuestas de tranformación individual y colectiva, a escala de hogar, local y mundial. Algunos ejemplos concretos, incluso contradictorios: "fabricar jabón , presentar un proyecto de recuperación de la avenida donde vivo, sugerencia de transformación medioambiental de mi centro de trabajo, introducir la poesía en mi sindicato, incluir un artículo nuevo en los derechos fundamentales en la Constitución que establezca que la mitad del territorio estatal será bosque, borrar con tipex las fronteras entre las personas, es decir, impedir que una persona que esté maltratando a otra impunemente pueda desplazarse a las antípodas del mundo para maltratar a otra" La lista de ideas ocupará varios cientos de tomos, y estará a la disposición de cualquiera. Dominguet irá haciendo todos los días la lista un poco más grande, y poco a poco irá haciendo realidad esta gran obra monumenta. De momento, para que el cambio se produzca, va a empezar a domesticar a sus simpáticas las pelusas gigantes. Ver lista: "Domesticar a mis pelusas gigantes"
5 comentarios:
Yo juego muchos días con mis pelusas gigantes. No he conseguido domesticarlas, tengo que admitirlo, porque son libertarias, pero a veces se avienen a pasar un rato divertido conmigo.
En realidad me llevo bastante bién con las pelusas gigantes, no hacen ruido por ejemplo, no tengo el impulso de pisarlas al verlas, y si las pisara sin querer no crujen. Es cierto que uno puede pasar un buen rato corriendo tras ellas, viendo como se arremolinan. Tecnicamente no tienen vida, pero siguen los mismos patrones de la vida.
Igual sea verdad que domesticarlas sea un esfuerzo inutil; dejaré de hacerlo. Respetaremos nuestros espacios. Sea todo por la amistad entre las pelusas gigantes y la humanidad
Las mías sí que crujen, porque se mezclan con mis pelos, que son oscuros y rizados, y así se vuelven más resistentes y aguerridas, aunque también más lentas.
Bueno, bueno...yo creo que ya las tienes domesticadas, además casi parece tengan apariencia humana
Hoy se han rebelado. Se han negado a cumplir nuestro acuerdo de no proliferación, y han intentado invadir mi espacio vital. Tras una ardua lucha, se han retirado, mermadas en número y cabizbajas. Ahora viven en la aspiradora. No dudo que volverán a intentarlo... la paz ya no es posible...
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