lunes, 10 de septiembre de 2012

¡Descubierta una enorme huella en el centro de Mandril!

No pude hacer ninguna foto a la huella, pero hice algunos dibujos. En este primer dibujo se muestra a un técnico municipal inquieto porque no fue un monstruo el que realizó la pisada

Una enorme huella

Lo que inmediatamente llama la atención al observar la huella son sus dimensiones. Enseguida reconocemos que la pisada debió pertenecer a alguien descomunal

Poco después nos sorprende que la huella es una pisada desnuda. El autor de la pisada no usaba zapatos. Alguien que ni siquiera usa zapatos es probable que tampoco lleve puestos los calzoncillos. La sabiduría popular, ya olvidada,  afirma que los comunistas no usan calzoncillos. Por lo tanto es posible que  el creador de la pisada perteneciera al partido comunista, o fuera simplemente comunista sin partido. Prueba de ello es el uso inmediato que los niños de Mandril hicieron de la huella con las primeras lluvias de otoño, utilizándola como alberca, piscina o pequeño estanque, abandonando en sus juegos cáscaras de nuez, con sus diminutas velas, a la deriva. Este uso por el común de la pisada alertó a las autoridades. ¿Cómo es posible que la pisada no les perteneciera, no fuera parte de ellos? Cubrir la huella de alquitrán y grava, podría ser una posible respuesta, o simplemente alquilarla por horas.

La pisada es real y medible. Paradojicamente los seres reales no suelen dejar huella alguna. Si, quizá en la playa, durante esos preciosos dias de verano, pero rapidamente quedan sepultadas por la arena o borradas por las olas. ¿Era mandrileño? Las pisadas de los mandrileños suelen pasar desapercibidas, podriamos incluso afirmar, que ni tan siquiera dejan huella. Por lo tanto, la pisada, debió pertenecer a alguien que dejó su impronta en la ciudad. Quizá a un hombre o a una mujer cualquiera

Una huella, si, una huella. ¿Pero por qué una huella? ¿Acaso le faltaba una pierna? ¿O simplemente era tan descomunal que daba inmensas zancadas que pronto le transportaron fuera de la ciudad, quizá al campo o a la costa, o a los territorios de ultramar, o quizá al espacio? Para que el lector pueda imaginar las dimensiones de este ser, existe una portada de un disco de los 70´que al cronista le impresionó de sobremanera la primera vez que la vio, cuando aún era un niño, y que podría ilustrar como pudieron desencadenarse los hechos:

El gigante quizá pudiera dar pasos inmensos , posiblemente zancadas de mayor distancia, incluso transcontinentales. Nos gustaría imaginar que fuera capaz de dar grandes saltos, capaces de romper la atracción gravitatoria, y pasear por nuevos mundos y galaxias


Inquieta a las autoridades de Mandril que la pisada pudiera pertenecer a un hombre o a una mujer cualquiera, porque eso revelaría que cualquiera podría dejar su huella en Mandril. Sin embargo a Dominguet,  el autor de este artículo, lejos de inquietarle, le produce tal satisfacción, que solo la visión de la huella le embriaga de una esperanza infinita por la humanidad.




 
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