Kim Jong Il despidiéndose de Micky Mouse antes de dirigirse a la Nada
Obituario
Kim Jong Il se ha desintegrado en la Nada; exactamente igual que le ocurrirá a Rajoy en unos años. La batalla contra el poder no es obra exclusivamente de los revolucionarios. En realidad la biología, la naturaleza, y sobre todo el tiempo, son verdaderamente revolucionarios. No hay jefe de estado, poder financiero o sistema de explotación que pueda resistir la acción revolucionaria del tiempo
Como Kin Jong Il, Rajoy sufrirá un derrame cerebral, exactamente igual que Botín, Aguirre o las Klopovitz. Lástima que no puedan llevarse todo su poder acumulado a la Nada. Los gigantescos muros que separan Mandril de la realidad han comenzado a agrietarse. Es el paso del tiempo el que erosiona el Gran Mandril, el polvo cubre la Bolsa, los popes cada vez son más viejos. En las calles de Mandril hay música. Cada vez que Kim Jong Il cae por las escaleras, un muerto del progromo cotidiano abre los ojos y toca el violin; son los músicos Klezmer que se dirigen al centro del mundo, pero no como sombras. Esta vez no arrastran cadenas, su música suena viva invitando a los periodistas libres a escribir el próximo obituario
Dominguet presenciando como las sombras caidas en los progromos se desperezan
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