Rajoy asistiendo en directo a una explosión nuclear. A su espalda Dominguet y un señor que nadie sabe quién es
24 horas en la vida de Mariano Rajoy
Este periódico especializado en la fabricación seriada de escenarios futuros que a-u-t-o-m-a-t-i-c-a-m-e-n-t-e se ven cumplidos, ha enviado a un cuarentagenario, que al parecer practica el intrusismo periodístico, a pasar 24 horas en la vida de Mariano Rajoy. Y esto es lo que ha visto:
Rajoy bosteza, tacha números que gritan desesperadamente, descuelga el teléfono y dice "¡Vende!", recibe telegramas encriptados, y busca en las enciclopedias su nombre. Al parecer duerme bien por las noches. A veces por la mañana, mientras se toma el café asomado a un gran ventanal desde un edificio muy alto, nos mira con sus prismáticos, pero solo ve un puntito muy lejano.
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