Bajo una gran nariz se enconde siempre un gran revolucionario
La nariz como herramienta de futuro
En el laboratorio para el desarrollo de la democracia atlética de Carabanchel Alto, Dominguet se encuentra investigando sobre la nariz. Una herramienta cada vez más en desuso que entrenada convenientemente alterará para siempre las relaciones entre las personas y la evolución humana
Creemos que cuando la nariz del futuro se encuentre finalmente completada en el laboratorio para el desarrollo de la democracia atlética y disponible para las masas revolucionarias, por fin nuestra nariz será capaz de percibir una amplia gama de olores ocultos. Así, podremos separar los olores de los almizcles y desodorantes de los olores reales, y distinguir, el aroma del poder que se aproxima hacia nosotros con una cachiporra escondida en el bolsillo. Hasta el día de hoy un asesino podía oler bien si se perfumaba convenientemente, pero con las nuevas narices para las masas revolucionarias, esto ya no será posible. La nariz clásica, era una esclava del sistema límbico, responsable de nuestras emociones profundas, sentimientos e impulsos que afectaban a nuestro comportamiento. Un capullo previamente perfumado, podía oler a Gandhi y después clavarte un puñal con forma de flor en la espalda. La nariz que proponemos es una nariz alejada del sistema límbico, y muy próxima a la corteza cerebral. De tal manera que podremos desenmascarar a nuestros enemigos a quilómetros de distancia. Mantendremos en acción el olor conectado al sistema límbico cuando nos apetezca, por ejemplo, para olisquear chicas de otros planetas en nuestros paseos en bicicleta, o para reconocer el amargo olor de la muerte subida a una tanqueta encaminándose al laboratorio para el desarrollo de la democracia atlética por la Avenida de la Peseta
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