Nos empeñamos en buscar marcianos por el cosmos con nuestros potentes telescopios. Este periodiquito quiere abrir un debate sobre la cuestión marciana.
Buscar marcianos por la galaxia es agotador y económicamente insostenible. Este periódico propone buscar marcianos entre nosotros a través del sentido común. Bradbury pensaba que cuando los mandrileños llegaran a Marte, se convertirían en marcianos. Por lo tanto, si un marciano aterrizara en la Tierra y descubriera sus playas y cocoteros, lo más probable es que quemara su nave espacial y se quedara viviendo en un chiringuito junto al mar. En realidad, esto es lo que haría un ser inteligente. Lo que demuestra que los habitantes actuales de la moderna sociedad tecnológica de Mandril ni son marcianos ni son demasiado inteligentes.
A) No tiene sentido abandonar las playas de Mandril e irse a vivir a un erial en Marte
B) No tiene sentido convertir Mandril en un erial a imagen y semejanza de Marte
Un marciano jamás haría esto, ni nadie demasiado idiota. Y esto es exactamente lo que están haciendo los madrileños modernos. Por lo tanto podemos afirmar que, de buscar marcianos en la Tierra, estos no tendrían apariencia humana. Aunque esto contradiga la experiencia cotidiana y los resultados de estas maquinitas portátiles que muchos tenemos para localizar marcianos y que muchas veces se activan ante la presencia, por ejemplo, de la familia de Dominguet.
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