¡Plano para la fuga!
Dominguet lo tiene todo preparado: plano, cuerda, pasamontañas, brújula y linterna. Su huida de Mandril comienza ¡Ya!
Cuando todos duermen, en la noche oscura, Dominguet camina por las calles para tratar de escapar, pero como siempre, acaba volviendo al mismo lugar. Esta vez Dominguet lleva un plano, y ha llegado al otro extremo de la ciudad, pero un muro brutal le impide el paso. Inaccesible. Trata de superarlo. Escala. Se cae. Se parte la cabeza. Vuelve a subir. ¡Comienza a amanecer!. Entonces los mandrileños le descubren a pocos metros del final del muro. Le tiran piedras para hacerle caer, pero Dominguet sigue escalando hasta llegar a la parte más alta del gigantesco muro. Se incorpora y en pié, hace un gesto hermoso al mundo que deja atras: un corte de mangas. Abucheos generales. Dominguet se gira sobre si mismo para contemplar el nuevo mundo que le espera: Ahí esta. Otra vez Mandrid. Pero más inmenso. Con otro muro más brutal todavía
En Mandril toda la peñita contribuye a elevar el muro cada dia un poco más
No hay comentarios:
Publicar un comentario