"Flipa, oye, flipa"
Mandril ha incorporado un nuevo sistema de magafonía ubicua. Es limpio, higiénico y huele bien.
Cuando un mandrileño se ensimisma en sus pensamientos, entonces, un diminuto pero potente altavoz instalado en una farola o en su móvil le dice con voz clara "Flipa, oye, flipa" y así este mandrileño vuelve a la realidad para flipar con el mundo que le rodea. Experimentalmente ha sido un éxito en discotecas y en el ejército, y desde luego, se lo han pasado todos muy bien. Y si en escuelas, oficinas y fábricas ha conseguido aumentar la productividad, ¿por qué no iba a dar resultado en una ciudad como Mandril? Si, en Mandril tambien funciona. "Flipa, oye, flipa" se escucha en las iglesias, en los parques públicos y hopitales , en las maquinitas caseras amasadoras de pan tambien"flipa, oye, flipa" dice la nevera al abrirla, el contenedor de basuras, la correspondencia. Las academias de policía ya están entrenando a sus mejores agentes para que repitan constantemente la frase. "Flipa, oye, flipa" será lo último en escuchar cuando los mandrileños les toque desaparecer.
¡Flipa, oye, flipa!
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