¡El mundo va a ser destruido!

¡No pasa nada!

No hemos de preocuparnos en absoluto por la destrucción del mundo. Más que nada porque es lo que todos deseamos secretamente en nuestros corazones.

¿A quien le gusta caminar? ¿o caer rodando por la ladera de un monte? A nadie le gusta realmente la naturaleza, salvo si está se parecece agradablemente a un parque. ¿Quien desea que su cuerpo se manifieste abiertamente? Nadie. Todos deseamos consumir alguna droga que nos haga olvidar cualquier molestia que nos haga sentir que estamos vivos. La guerra como solución a la guerra ha funcionado hasta el dia que todo salte por los aires. Así mismo, la técnica compleja encontrará la solución a los problemas que nos han causado la técnica compleja, hasta claro está, tengamos que llegar a una solución final. La vida en la Tierra es una mierda. Nos pican bichos y los gérmenes amenazan una agradable navidad. Pero no solo eso, el riesgo a inundaciones, y a severas sequias, hundimiento de islas bajo las aguas pueden hacer que nos despeinemos. Para ello hay que mirar a la Luna, e incluso a Marte. Experimentalmente se ha desmostrado que la técnica actual nos impide crear un biosfera artificial. No pasa nada, eso sería un problema si lo que quisieramos es hacer una especie de planeta Tierra en la Luna. Queremos algo que mole más, es decir, algo más aséptico. Por eso no se trata de construir una base lunar autosuficiente para algunos y que el resto nos quedemos en una Tierra incómoda llena de bacterias y residuos nucleares. Se trata de hacer una ciudad lunar para muchos, tecnicamente formidable y deslumbrante con puertas que se abran y se cierren solas y conectados mediante algún sofisticado cachivache. Podrán ir allí muchos, pero no todos. En la Tierra pueden quedarse los amantes de la naturaleza y los inmigrantes, los cuales podrán ser llamados a la Luna cuando sean absolutamente necesarios, y de uno en uno.

¡Vaya mierda de lugar!

Hay que pirarse de la Tierra e instalarse en un lugar que se acomode más a nuestros gustos. Creo que la Luna reune algunos aspectos formidables, con sus bases lunares, más tarde ciudades a las que se llegará en vehículos tan chulos como el de la foto. Imagino que en una ciudad lunar no habrá cuestas ni escaleras. Habrá aire acondicionado y cintas transportadoras. Todo será confortable.