¡Las chicas karatekas contra Mandril!
Cuando Dominguet duerme brotan de sus yemas chicas. Se desperezan y golpean violentamente televisores, estrellan contra las paredes móviles y destruyen ordenadores con la frente. Son las chicas karatekas.
En mitad de la noche con su pelo al viento caminan hasta llegar al edificio más alto de Mandril. Lo rodean y golpean certeramente. A los pocos minutos se derrumba. Cuando Dominguet despierta se asoma al balcón. Algún cabrón lo ha reconstruido de nuevo, pero al caer la noche volverán las chicas karatekas. No hay terrible edificio que pueda mantenerse en pie ante su presencia.
Dominguet mostrando la yema del dedo de donde brotan las chicas karatekas
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