domingo, 29 de marzo de 2009

¡Venimos a fracasar! ¡Yupi!

El fracaso como via revolucionaria

¿A qué venimos sino a fracasar?
¿a qué venimos sino a caer?
Jonathan Richman

La superficie de Mandril es yerma. A Dominguet le habría gustado ir con un pico sobre el hombro y destrozar el alquitrán de las autopistas que atraviesan la ciudad hasta encontrar la tierra buena, y allí, crecieran ahora inmensos bosques de frutales libres de transgénicos, donde uno pudiera atravesarlos sabiendo con seguridad absoluta que sería sepultado por sus frutos

De vez en cuando desaparecen hombres y mujeres de Mandril ¿Dónde están? Dominguet cree que marcharon hacia el interior de la tierra estableciéndose en algún lugar oculto del subsuelo. Allí están, en un mundo libre. Pero no hay Sol bajo la tierra. Y los hombres y las mujeres libres necesitan el Sol. Entonces volverán de nuevo. Será no muy tarde, más o menos hacía el 2022. Pero hasta que los miles de hombres y mujeres libres regresen a Mandril, Dominguet debe ir aquí y allá con su bolsita de semillitas y plantones, como Elzéard Bouffier le enseñó. Y cuando lleguen deben encontrarse que Mandril les acoge, ahora si, con sombra, después de agotadoras jornadas hasta llegar a la superficie. Y Dominguet les espera para entregarles agradables caricias, bañar su pies cansados, besar sus ojos.


Dominguet en Mandril allá por el año 2022


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