Y los chavales saltaban por encima de una noche muy oscura
Noticias sobre las hogueras de San Juan en Mandril
Era un amo del mundo. Ya no lo es. Se prendió fuego en las hogueras de San Juan de Vallekas, Mandril.
Dominguet salió agotado del curre, pués había dormido poco. Sin duda la luna llena influyó en su insomnio, pero también la visita de lo que podría ser el próximo pisito social donde vivirá, a tomar por culo, en Carabanchel Alto, le dejó inquieto. También influyó en su insomnió la maravillosa pasión amorosa. No tanto la suya, sino la de sus vecinos amantes. Así que Dominguet salió agotado del curre, llegó a casa y guardó en la nevera 1/4 de sandía que pilló en un paquistaní y se las piró a Vallekas. Y allí estaban las gentes que aparecían de aquí y de allá con aquello que deseaban ver arder. Entonces sucedió. Llegó un amo del mundo y se arrojó al fuego. Dominguet trató de impedirlo, pero nada pudo hacerse. Como en Vallekas nadie quema muebles viejos que todavía sirven o se pueden recuperar tuvo que arder un amo del mundo. Mala suerte. Podemos asegurar que lo que ardió esa noche fué la dominación, o al menos un trocito de ella. Quizá este amo del mundo comprendió que la dominación absoluta es imposible, que la vida es incontrolable y al final una brizna de hierba acaba brotando en el asfalto. Y así estuvo Dominguet, junto a su hermano, sentados en el suelo mientras tomaban una cerveza y veían consumirse entre el fuego purificador a este amo del mundo que se comprendió a si mismo. Y aunque algo de pena si que les dio, si que hicieron algunos chistes al respecto. El fin de la noche acaba de comenzar, mientras los chavales saltan sobre las ascuas.
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