Esta es la única fotografía que he podido encontrar en Google de un niño del futuro. Es cierto que no tendrán dientes ni pelo ni pulmones, dada la coyuntura actual, pero desde este periódico no vamos a dejarles solos, y les damos desde aquí la bienvenida y un afectuoso abrazo
¡Niños del futuro; adelante!
¡Niños del futuro; adelante!
Nos encontramos en Mandril, años después de que la primera nube radioactiva envolviera la ciudad. Fué entonces cuando los niños del futuro comenzaron a abrir los ojos.
Para comenzar esta crónica del mañana primero debemos dar una mala noticia: para entonces estaremos muertos, ¿todos? No, todos no. Dominguet vivirá. No olviden que Dominguet estaba aquejado del mismo mal que Albertí, el de no morir jamás. Por suerte tomó a tiempo unas pastillas de yodo. A falta de máquina del tiempo para llegar al futuro tuvo que envejecer e ir perdiendo uno a uno todos sus dientes, pero llegó a tiempo al futuro para contemplar en directo como los niños del porvenir abrían los ojos. Abrieron los ojos y lo que vieron no molaba nada. Me explico. Unos años antes la peñuqui del pasado en una alocada carrera hacia la nada solicitó un préstamo al futuro y lo quemó. El futuro se quemó el miércoles 16 de marzo de 2011.
4 comentarios:
No todo serán desgracias para los niños del futuro. Hay motivos para la esperanza. Dominguet se compromete a cuidar un caracolito llegará al porvenir.
La ausencia de dientes, tanto en los niños del futuro como en Dominguet, abre la posibilidad de diálogo entre ambos.
Los problemas de dicción, resultado del aire que se escapará por todas partes al no haber dentadura que lo contenga, no serán un obstáculo para Dominguet les recite hermosos poemas y los niños le cuenten cosas que Dominguet desconocía.
El caracolito, entre tanto, contemplará toda la escena, unas veces desde su concha y otras con los cuernos al sol.
Y además, como los caracoles son un bioindicador, esto nos lleva a pensar que en el futuro habrá vida
¡Anda! No sabía nada de la condición de bioindicadores de los caracoles. Son unos bichos preciosos.
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