Sin necesidad por realizar ninguno de sus proyectos podrá por fin darse una vuelta en su bicicleta voladora
La madre de todos los proyectos
Entre los dones de la fortuna que le han sido entregados a Dominguet, hay uno especialmente terrible.
Le llegan constantemente a su cabecita proyectos deseables. Trata de retenerlos en la memoria para realizarlos más tarde. Pero es tal el número de proyectos que se van acumulando dia tras dia, año tras año, que al abrir el armario donde los guarda, se le caen encima todos, sepultándole. Para realizar tan solo el 10% de los proyectos pendientes, necesitaría varias vidas dedicadas exclusivamente a ello. Pero por suerte ha encontrado un nuevo proyecto que reunirá todos sus proyectos. Se trata un album de proyectos. En veinte minutos se dirigirá a un chino en busca de un libro con sus páginas en blanco, el más gordo que exista, donde escribirá y esbozará todos los proyectos vitales, creativos, de reconstrucción mundial y personal o de otra índole que se le vayan ocurriendo. Será su única obra. Algo así como un legado para las generaciones venideras que no sepan que hacer o se aburran en su tiempo libre.
Este compendio de cosas que hacer, desde la revolución mundial hasta el amor, la llegada al poder, la permacultura de fábrica, la construcción de naves espaciales a pedales, tebeitos y obritas de teatro breve mental, entrevistas célebres perdidas, cartas amorosas. Todo estará permitido. Un mandrileño de pro deberá tener en el futuro, cuando Dominguet haya muerto y sea un figurilla de silicona encima de la televisión, este proyecto de proyectos, asimilable a una gran enciclopedia. Y cuando la vida haya caido en la cosficación y en la alienación, podrá abrir uno de los tomos al azar y descubrir un proyecto cualquiera. Proyecto 22343: dar un beso a mi madre antes de que se disuelva en la nada
Le llegan constantemente a su cabecita proyectos deseables. Trata de retenerlos en la memoria para realizarlos más tarde. Pero es tal el número de proyectos que se van acumulando dia tras dia, año tras año, que al abrir el armario donde los guarda, se le caen encima todos, sepultándole. Para realizar tan solo el 10% de los proyectos pendientes, necesitaría varias vidas dedicadas exclusivamente a ello. Pero por suerte ha encontrado un nuevo proyecto que reunirá todos sus proyectos. Se trata un album de proyectos. En veinte minutos se dirigirá a un chino en busca de un libro con sus páginas en blanco, el más gordo que exista, donde escribirá y esbozará todos los proyectos vitales, creativos, de reconstrucción mundial y personal o de otra índole que se le vayan ocurriendo. Será su única obra. Algo así como un legado para las generaciones venideras que no sepan que hacer o se aburran en su tiempo libre.
Este compendio de cosas que hacer, desde la revolución mundial hasta el amor, la llegada al poder, la permacultura de fábrica, la construcción de naves espaciales a pedales, tebeitos y obritas de teatro breve mental, entrevistas célebres perdidas, cartas amorosas. Todo estará permitido. Un mandrileño de pro deberá tener en el futuro, cuando Dominguet haya muerto y sea un figurilla de silicona encima de la televisión, este proyecto de proyectos, asimilable a una gran enciclopedia. Y cuando la vida haya caido en la cosficación y en la alienación, podrá abrir uno de los tomos al azar y descubrir un proyecto cualquiera. Proyecto 22343: dar un beso a mi madre antes de que se disuelva en la nada
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