¡Adios a lo feo!
Todos somos capaces de diferenciar entre lo bello y lo feo. La belleza no es relativa, sino que pertenece al mundo de lo medible. No es cultural, sino genética. Hay hombres feos y hombres bellos. Mueren porcentualmente más feos que bellos. Esto demuestra la sabiduría de la naturaleza
Durante un paseo por mi barrio uno descubre que hay muchos hombres deformes y desdentados. Habitan en casas feas. La fealdad lleva a la destrucción y a la creación del mal. En los suburbios de Paris, en los barrios más feos de Francia los jovenes quemaban todo a su paso. La inteligencia militar siempre ha sabido que los feos son más belicosos, y los manda a primera linea durante las batallas. En la retaguardia siempre están los bellos dirigiendo la contienda. La muerte de los feos en la guerra impide que se reproduzcan. Por lo que cada año, habrá más bellos y menos feos. Siempre es más agradable follar con un bello que con un feo. De los bellos nacerán niños bellos, destinados al arte y a toda actividad que engrandezca el espíritu. De los feos naceran proyectos de delincuentes. Muchos acabarán en la cárcel. Sin embargo el mundo se encamina hacia la belleza. El cosmos se ordena así mismo. A esto se le llama ajuste fino.
Los feos tienen más posibilidades de morir aplastados por grandes máquinas
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