Niños lagartos contra cabezas parlantes

Recreación de la cabeza de Dominguet, cuando posea un ejército de hombres y cosas

El mañana de las cabezas parlantes

Hoy, en alguna parte del mundo nace de una hermosa mujer un niño lagarto. El enfermero entregará el niño al padre que dirá "¡Esto no es mio!" Probablemente este niño lagarto acabe en un vertedero

En otra parte del mundo prosiguen las investigaciones para dotar a la humanidad de cabezas parlantes. Cabezas de hombres y mujeres que no quieren morir, y que separadas de su cuerpo infartado e inmersas entre gelatinosos nutrientes, puedan sobrevivir quinientos años más que sus viejos cuerpos ahora putrefactos. Solo un loco separaría la cabeza de un cuerpo. Los hombres con el cuerpo unido a la cabeza necesitan de las mil aventuras que la cabeza y el cuerpo viven cotidianamente juntos, si no la cabeza enloquecería y el cuerpo acabaría devastado por la deformidad. Pero nadie quiere morir, y los dueños de las cosas y los hombres tampoco, y como están locos quieren separar la cabeza de su cuerpo y posarla sobre una maceta y vivir quinientos años más ¡Cuantas órdenes darán durante todo ese tiempo! En el porvenir, cuando las cabezas parlantes sean una realidad y un enfermero traslade una de estas cabezas en una silla de ruedas para dar un agradable paseo por el campo, esta quedará allí, contemplando el paisaje en silencio, con ideas geniales, pero temeroso de que entre los arbustos la sombra del niño de mirada terrible asome como un largarto brutal. Los niños lagartos que abandonan vertederos y que buscan cabezas parlantes a las que absorber los sesos