jueves, 8 de julio de 2010

40 millones de gilipollas no pueden estar equivocados

Qué hacer cuando la telequinesia falla

Dominguet hizo lo posible para evitar que 40 millones de españolistas fascistas gilipollas salieran a la calle borrachos y patearan su bici. Abrió una cerveza y se concentró en un balón. Los resultados fueron decepcionantes.

A la mañana siguiente Dominguet encontró su bicicleta pateada. Trató de luchar contra el españolismo desde el sofá de casa, pero fué imposible, no tenía sofá, y los cerebros, o lo que queda de los cerebros de 40 millones de españolistas asfixiaron el todavía leve poder telequinésico de Dominguet ¡Son muchos cerebros contra una sola mente! Una precisión. Por una vez Dominguet no va a disculpar a los gilipollas. Por mucho condicionamiento mental, mucha propaganda, publicidad, camisas de fuerza químicas, y bombardeo mediático, 40 millones de personas son demasiados para haber perdido el control total sobre sus vida y sus mentes. La tesis de Dominguet es la siguiente: 40 millones de gilipollas son muchos gilipollas. El poder no puede mantener a 40 millones de personas en estado de agilipollamiento permanente. Es imposible. 40 millones de gilipollas han decidido ser gilipollas. Han hecho propio el discurso del poder. Se lo creen, les gusta. Este es el mundo que les mola. Es su discurso, ellos nunca lo hubieran escrito mejor. Por suerte Dominguet está preparado para continuar su guerra particular contra el fascismo. Durante el partido del domingo, mientras los españolistas contienen sus pulsiones de autodestrucción durante 90 minutos, Dominguet saldrá a las calles de Mandril, y sobre un gran muro escribirá con enormes letras "¡Mandrileños, gilipollas!" o algo parecido.

2 comentarios:

elpeor dijo...

ni fútbol ni futboleros, borregos al matadero!

yo pondría una bomba nuclear en el todos los balones de los partidos de los mafioses de la tel, no veas que risas....

Dominguet dijo...

Bueno, eso es contundente. Pero ya puestos a poner una bomba nuclear en un balón, pon una que desintegre los dedos de los pies. Yo por mi parte, durante el domingo, mientras los demás ven el fútbol, me limitaré a hacer unas pintadas callejeras y a dar un paseo con la primera persona que me encuentre por las calles

 
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