Dominguet tiene un autorretrato escondido en el armario, que como en la obra "El retrato de Dorian Gray" cada vez que dice una gilipollez sin gracia ni de contenido vital capaz de transformar al oyente, entre en razón y queme, por ejemplo, una bandera de España o del Puente de Vallecas, el cuadro sufre una transformación, y el rostro de Dominguet se va pareciendo cada día más al de un popular cuentachistes mandrileño
Graciosillo como estilo de vida
¿Qué hacer cuando el barco se hunde y el graciosillo de turno dice que no tiene bañador?
Dominguet está ensayando algunas respuestas para teleoperadores demasiado insistentes. Ayer mismo ocurrió:
-¿Está el señor Dominguet?
- Ahora mismo no puede ponerse. Se lo ha llevado la policía detenido y es posible que hasta dentro de seis años y un dia no vuelva ¿Le dejo algún mensaje?
- Ah, ¿y a usted no le interesa beneficiarse de ser cliente de Jazztel?
Aquí no sabemos quién ha sido más graciosillo, si el teleoperador o Dominguet. En cualquier caso ser un graciosillo es agotador. Para ser graciosillo hay que ser más graciosillo que los demás, y eso, ya no le hace gracia a nadie.
1 comentario:
Mil perdones, solo quería ser un graciosillo de nuevo cuño, pero nada.
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