La verdad, he estado buscando imágenes en Google de los cién economistas y la única que he podido encontrar ha sido esta
Los cien economistas y el estado del malestar
Los cien economistas hablan de nuevo y proponen eliminar la revisión automática de los convenios colectivos y sustituirlos por un nuevo patrón, el de la productividad
Es muy importante que los lectores y las lectoras de ¡Terrible! conozcan todos los métodos para conseguir más productividad, o por lo menos aquellos que flotan en las cabecitas de los cién economistas. Para conseguir más productividad se puede; reducir sueldos, reducir empleados, aumentar la carga de trabajo, aumentar el tiempo de trabajo, reducir la calidad, disponer de superplusvalía, esto es, incorporar nuevas tecnologías que nos permitan reducir los empleados. A Dominguet todas estas medidas le parecen bién, si de lo que se trata es que estemos mal. El estado del malestar que se está fundando necesita de gente imaginativa, y Dominguet lo és. Tiene algunas ideas que proponer. Por ejemplo, mantener el precio de la drogaina, más concretamente de la heroina, inflado, muy inflado. Esto se consigue con una buena política prohibicionista que permita un mayor número de robos de bolsos y terror en el invisible escenario familiar. La prohibición de la heroina permite vivir en un estado de malestar y horror constante. Los cien economistas lo saben también, legalizando la heroina aumentaría la productividad y seríamos más felices. Pero de lo que se trata es de construir un estado de malestar fabuloso. Dominguet todas las noches envía una nueva ocurrencia a los cien economistas. Se supone que es un club de sabios y que los gobiernos de turno les escuchan y aplican sus sugerencias. Dominguet tiene otra carta preparada en el bolsillo.
Es muy importante que los lectores y las lectoras de ¡Terrible! conozcan todos los métodos para conseguir más productividad, o por lo menos aquellos que flotan en las cabecitas de los cién economistas. Para conseguir más productividad se puede; reducir sueldos, reducir empleados, aumentar la carga de trabajo, aumentar el tiempo de trabajo, reducir la calidad, disponer de superplusvalía, esto es, incorporar nuevas tecnologías que nos permitan reducir los empleados. A Dominguet todas estas medidas le parecen bién, si de lo que se trata es que estemos mal. El estado del malestar que se está fundando necesita de gente imaginativa, y Dominguet lo és. Tiene algunas ideas que proponer. Por ejemplo, mantener el precio de la drogaina, más concretamente de la heroina, inflado, muy inflado. Esto se consigue con una buena política prohibicionista que permita un mayor número de robos de bolsos y terror en el invisible escenario familiar. La prohibición de la heroina permite vivir en un estado de malestar y horror constante. Los cien economistas lo saben también, legalizando la heroina aumentaría la productividad y seríamos más felices. Pero de lo que se trata es de construir un estado de malestar fabuloso. Dominguet todas las noches envía una nueva ocurrencia a los cien economistas. Se supone que es un club de sabios y que los gobiernos de turno les escuchan y aplican sus sugerencias. Dominguet tiene otra carta preparada en el bolsillo.
2 comentarios:
Por supuesto que el precio de la heroina está muy inflado si consideramos los costes de producción, pero este si que es un tema que me gustaría alguien me explicara:
En 1981, la papela de la muy cortada, estaba a 2.500 ptas, es decir, 15 euros. Hoy a 10 euros.
En 1981, el gramo de coca estaba a 11.000 ptas, 66 euros de hoy. En la actualidad, 50 euros.
La "drogaina" es el único producto que mantiene o baja precio en un periodo de 30 años.
¿Se trata de otra aportación de "Los 100 economistas" que se nos pasó por alto en su día?
Unimouse, me dejas de piedra, y tengo ni pajolera idea, pero a mi se me ocurre, así de pronto que:
entiendo que ha aumentado la producción de drogaina, entre otras cosas porque desde que los alimentos han empezado a cotizar en bolsa y son objeto de especulación, la agricultura de la drogaina es la que permite al campesino seguir siendo campesino en vez de marcharse a los arrabales de la ciudad.
Por otra parte imagino que se ha desatado una gran competencia entre los distintos cartel de la dronga, el cartel del opio no es el mismo que el del la coca o la drogaina sintética
En negativo, la sospecha tras la bajada se precios se encuentre una de las causas del atontamiento general y el control de masas
En positivo, que tras las bajada de precios, en vez de producirse un aumento espectacular de drongainómanos, se ha reducido, a pesar de que el consumo ha aumentado.
Bueno, tampoco me hagas mucho caso, esto es lo que se me ocurre, echándole imaginación, sin ninguna estadistica a mano
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