lunes, 29 de agosto de 2011

Pequeña guía de los humúnculos

¡Hey chicos, acercaos a mi!

¡Humúnculos; un beso más y el mundo será vuestro!

De un grano de mostaza nació un homúnculo muy pequeñito, aún así las circunstancias y la inercia se empeñaban que fuera más pequeño aún

Y es que uno no se puede fiar de los humúnculos. A veces les da por nadar a contracorriente, conocer a otros humúnculos, darse de la mano, hablar de lo justo y lo injusto, hilar fino, aprender hablar sin trabarse, incluso crecer y sembrar semíllas de mostaza por doquier. Descomunales autómatas tratan de pisarlos pero los humúnculos guardan antihistamínicos en el bolsillo para cuando el autómata caiga, y levante tanta polvareda que no les deje ver, al menos, no estornudarán, y a ciegas se reconocerán, porque se han estado tocando y besando a pesar de su constante atomización.

2 comentarios:

tipo gris dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
tipo gris dijo...

a veces eres normal, pero a veces eres tu. te quiero, tio o poesía o lo que seas

 
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