Armas y control social del futuro

¡Sordera como arma en el porvenir!

Muchos creen que las armas del futuro podrán recalentar el cerebro. Se equivocan, eso es el presente. En el futuro, las conquistas se establecerán mediante un ataque sistemático y pertinaz contra nuestros oidos.

Si Dominguet se hubiera pasado al enemigo, cosa que ha hecho, pero todavía no lo sabe, y hubiera tratado de informar al Mi5, no les entregaría una lista negra de amigos a los que delatar, eso ya está muy visto. Les entregaría la genial idea de ensordecer al enemigo. Y cuando Dominguet dice enemigo, lo que quiere decir es el Enemigo de la Sociedad, de esta sociedad. En estos casos la sordera se ha comprobado absolutamente eficiente. ¿Pueden imaginarse un grupo de anarquistas sordos tratando de conspirar para desestabilizar esta sociedad? La sordera lleva a la confusión y la confusión a la desmoralización y la desmoralización a la derrota. Teledirigir la sordera es definitivamente el arma del futuro. No hay coordinación posible entre terroristas sordos. Pero no solo la sordera es práctica contra los enemigos de la sociedad y contra la contestación a esta sociedad, la sordera funciona tambien para los amigos de esta sociedad y pone además remedio a los males del futuro. Se trataría de destrozar el oido a los mandrileños. No solo para dejarles sordos y llevarles a la desmoralización. Sino para que dejen de oir. No necesariamente para que queden sordos, sino para no oigan. Para que no se oigan. Es decir; llevando el ruido a todos los lados. Radio, móviles, aparatitos de música, coches en marcha, teles, música en bares, y dispersando el pensamiento y evitando la concentración, para impulsar el dolor de cabeza y aumentar el consumo de analgésicos. El ataque sistemático contra el oido de los mandrileños permitiría impedirles pensar. No hay mandrileño que pueda soportar durante años un ataque de estas caracteristicas a su oido sin tratar de suicidarse. Y lo hacen. Este hecho no solo se confirma por los millones de habitantes que viven en Mandril, sino por los millones de mandrileños que en un futuro próximo se acercarán a las puertas de sus oficinas, pidiendo por favor, un trabajo, y tambien por los millones de mandrileños que se acercan cada día a sus oficinas, a trabajar.

La sordera nos hará amigos