sábado, 18 de abril de 2009

Dominguet y su doppelganger


Mi doppelganger y yo

Allí está el doppelganger de Dominguet, mirando a través de la ventana. Observa un gorrioncito que se ha posado leve sobre la ramita de un fresno del bulevar.

El doppelganger se ha vuelto a Dominguet. Le ha mirado a los ojos y le ha dicho "el hombre tiene conciencia de si mismo como una entidad separada, la conciencia de su breve lapso de la vida, el hecho de que nace sin que intervenga su voluntad y ha de morir contra su voluntad, de que morirá antes que los que ama, o estos antes que él, la conciencia de la soledad y de su estado de separación, de su desvalidez ante las fuerzas de la naturaleza y de la sociedad, todo ello hace de su existencia separada y desunida una insoportable prisión. Se volvería loco si no pudiera librarse de su prisión y extender su mano para unirse de una u otra forma con los demás hombres". Dominguet ha acercado su mano al doppelganger y le ha desvestido. Ha besado sus hombros su torso su cuello. Se han abrazado. Y ahora el doppelganger puede escuchar el corazón palpitante de Dominguet y Dominguet es atravesado como por un rayo por los latidos de su doppelganger. Han dejado de sentir el miedo.

Dominguet y su doppelganger apunto de partir


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