Confíe mejor en estos tipos
¡La invasión ha comenzado!
¡La invasión ha comenzado!
¿Usted ha visto a uno de esos hombrecillos verdes? Entonces macháquele la cabeza con un martillo
Ya lo saben; un dia comienzan la mañana susurrando al oido un poema amoroso y por la tarde te clavan un lápiz de dibujo en el corazón. Y aunque ciertamente parezcan inofensivos porque coman bayas silvestres y vayan aquí y allá en bicicleta, debemos estar alerta, pues quien come bayas silvestres quizá su congelador esté desprovista de comida china a cincuenta grados bajo cero. Incluso es probable que este hombrecillo verde ni tan siquiera posea frigorifico. Y si ese hombrecillo verde se empeña en ir aquí y allá en bicicleta, ¿no será porque no tiene coche? Y si ese hombrecillo lleva siempre consigo un lapiz, mucho nos tememos que no posea una potente computadora. Ni coche, ni frigorífico, ni ordenador. Desconfiemos. Pero hagámoslo siempre con un martillo a nuestro lado. Y ahora usted se preguntará, ¿donde están esos hombrecillos verdes? ¡No les veo! Están detrás de usted, a su espalda, por eso casi nunca les vemos. Pero si usted se gira velocísimo, podrá encontrárselo cara a cara, durante un instante. Y si le mira durante un solo momento a los ojos, tenga cuidado, no sea que vea en sus ojos sus propios ojos.
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