viernes, 10 de abril de 2009

Un cerebro que no para de crecer


Al principio, el cerebro fué recibido con grandes aplausos


¡Un cerebro que no para de crecer y de saber cosas!

Ayer fué presentado ante los medios de comunicación un pequeño de cerebro no más grande del tamaño de un grano de mostaza capaz de crecer exponencialmente, tanto en volumen como neuronalmente.

El cerebro crecía a razón del doble por cada día que pasaba. Y así, en poco tiempo alcanzó el sorprendente tamaño de un metro cúbico, que permitió resolver innumerables problemas técnicos. Al los diez dias el cerebro medía más de 2000 metros, y se convirtió en el orgullo de la ciudad de Mandril, incluso cuando seis dias más tarde su enorme tamaño sepultó a la ciudad. Cuando el cerebro ocupó más de la mitad del tamaño de la Tierra consumía la mayor parte de los recursos del planeta. Hay que reconocer que tuvo algunas ideas muy buenas; como la invención del ficus autolimpiable. Para aquel entonces, el cerebro comenzó a pensar por el mismo, y como ya no necesitaba de los hombres y no cabía en en mundo comenzó a expandirse por el espacio devorando soles, galaxias y metagalaxias. Cuando llegó a los limites del universo el cerebro murió prematuramente, a los 40 años de edad, por falta de riego cerebral. Tras él no dejó nada. Solo vacío. Pero fué hermoso mientras duró.


Sabía demasiadas cosas, pero no era muy inteligente

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