Momento decisivo de la asamblea, con algunos banderines en desuso
De 2009 a 2022
Si, 2022 deberá parecerse a agosto de 2009, aunque sea un poco.
Ojeando un librito de René Vienet "Enrages: Y situacionistas en el movimiento de ocupaciones" Dominguet ha encontrado una cita de Bakunin que dice "Era una fiesta sin comienzo ni fin; yo veía a todo el mundo y no veía a nadie; porque cada individuo se perdía en la misma muchedumbre incontrolada y errante; hablaba con todo el mundo sin recordar ni mis palabras ni las de los demás, ya que la atención estaba absorbida en cada momento por acontecimientos y objetos nuevos, por noticias inesperadas" Probablemente esta sea la esencia vital de 2022, pero no solo eso, además deberá parecerse a agosto de 2009, tiempo efervescente, donde Dominguet estuvo al borde del infarto. Es importante esta conexión 2009-2022 para que las miriadas revolucionarias sean temiblemente humanas. Un ejemplo; en 2023, cuando múltiples asambleas aquí y allá estén decidiendo como será Mandril al margen de la alienación, es posible que surjan propuestas con el fin de demoler la Torre de Valencia, y quizá, ante la aprobación general, de uno de los rincones de la sala o el parque donde se debata, se podrá escuchar una voz nerviosita y tímida de un hombrecito desconocido y cincuentagenario que dirá "¡Compañeras, me opongo!". Un murmullo de asombro y disgusto recorrerá los labios de los reunidos en asamblea, y de entre la multitud de hombres y mujeres libres se alzará de nuevo la misma vocecita vibrante; "Tengo grandes razones para desear salvar la Torre de Valencia". Agitación en la sala. "La Torre de Valencia -dirá la vocecita- le gustaba a la mujer de 14,85 metros". De nuevo murmullos. "Y a mi me gustaba esa mujer"
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