viernes, 3 de junio de 2011

Dominguet pierde la cabeza

 Cuando Dominguet pierde la cabeza

Cuando la comisión de dinamización de asambleas explicaba a los allí reunidos que la asamblea era el órgano de toma de decisiones, Dominguet ha hecho este dibujito:
 "Órgano de toma de decisiones"

Más adelante, la comisión de pensamiento ha explicado a los reunidos su labor. Dominguet no ha podido evitar sonreir cada vez que decían " pensamos que..." "Dos ideas juntas dan lugar a una idea nueva" Dominguet no sabe que pensar, y no sabe que pensar porque sus risitas le impedían pensar, solo podía imaginarse una comisión de pensadores y cómo pudieran ser las reuniones de la comisión de pensamiento, le hacía mucha gracia fantasear que con el tiempo pudieran convertirse en una comisión telepática. Más tarde la comisión de biblioteca ha propuesto un mínimo básico con el cual, una vez conseguido podrían llevarse a cabo todas las propuestas. Se trataría de conseguir modificar la Constitución para que los referendum fueran vinculantes. Sin darse cuenta se ha encontrado apoyando la propuesta, por suerte había personas en contra, así que durante un breve receso se ha ido a preguntarles el motivo de rechazo. No me adentraré en su argumentación, más que nada porque sin duda lo tergiversaría ¿Qué hacía Dominguet solicitando, pidiendo o exigiendo al poder? El poder hará lo que tiene que hacer y Dominguet hará lo que tiene que hacer. Y Dominguet debe hacer real su cólera. Si la cólera de Dominguet es no es lo suficientemente intensa lo aplastará, y si la cólera de Dominguet es muy intensa, aplastará al poder. Si Dominguet es posibilista y tratara de negociar con el poder, el poder lo aplastará, precisamente porque su cólera ha disminuido. Si el poder accediera al referendum vinculante es porque nada perderá. Dominguet ha perdido la cabeza del todo; y se dice a si mismo que las plazas deben ser el lugar donde se manifiesta la cólera. También se dice así mismo que las asambleas por consenso son en sí mismas conservadoras porque parten de una realidad conservadora, y si partieran de una realidad progresista también serían conservadoras. Nada que objetar a las asambleas, son un mecanismo maravilloso de interacción desde la base, y que nos podrían llevar a una sociedad futura liberada durante un proceso milenario de transformación, lento, muy lento, en el pensamiento colectivo. Su apoyo a las asambleas es total. Solo habría que esperar algunos pocos cientos de años para ver resultados emancipadores a escala nacional o internacional. Pero no hay que desesperar, porque mientras el colapso civilizatorio se aproxima uno se puede encontrar con gente afín y organizarse en asambleas quizá más reducidas, lo que permitiría un avance mayor en el pensamiento colectivo, y por ejemplo; hacer un censo de bancos que quemar o de solares que ir tomando y cultivar. Si la colera es lo suficientemente intensa, el poder no se acercará por esos huertos urbanos, y si las tomateras no son aplastadas, los vecinos ya se encargarán de buscar otros solares donde sembrar calabazas. Si la acción cotidiana es lo suficientemente colérica y práctica y permite hacerse una ensalada, será efectiva. No hace falta solicitar, pedir o exigir al poder permiso para plantar tomates en una escombrera estatal o de una constructora; uno se encoleriza y se plantan tomates. Y quién dice tomates dice viviendas. Dominguet ha perdido la cabeza y no sabe si algún dia la encontrará, y en qué lugar y estado la descubrirá.


2 comentarios:

Nemo dijo...

Propongo que el órgano de toma de decisiones decida una fuga de cabezas en fa mayor : vista la claridad con la que piensa Dominguet sin cabeza vamos a tener que ir pensando en desenroscar las nuestras.

Sí, Dominguet, ser muchos, serlo conscientemente. Que la cólera sea un imán poderoso que nos una y nos multiplique. Tenemos que llamar a más, a muchos más, estamos lejos todavía. Hay que hacer ruido y gritar nuestra cólera. Para eso puede estar bien el órgano en cuestión, pero también pueden estarlo miles de megáfonos descentralizados en las calles, las plazas, los parques, las fábricas, las cocinas...

Estoy perdiendo la cabeza, pero como soy nadie, tampoco importa.

Dominguet dijo...

¡Ya encontraremos la cabeza! Lo importante es que no llevemos la cabeza de otro sobre los hombros. En fin, hay cabezas y cabezas, y si finalmente vamos a llevar la cabeza de otro, por lo menos que nos guste, ¿no?. Mientras tanto sigo buscando mi cabeza

 
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