jueves, 16 de junio de 2011

Una escuela con futuro

Una de las primeras lecciones de la decencia común
 Hacia un nuevo modelo de escuela

Dominguet ha descubierto una escuela; no tiene nombre, no tiene muros, no tiene educadores asalariados: quién acude a esta escuela, no para de aprender

En la escuela de la decencia común hemos aprendido este último mes a distinguir entre un agente de mal y un agente del bién, qué es un gran afanador, cómo distinguir grupos de polis que atacan a los polis, qué es la propiedad comunal, cómo se evita un desahucio, qué es el apoyo mutuo, la metodología asamblearia, hemos aprendido a distinguir a Botín entre los parlamentarios, a poner el despertador, a levantarnos del suelo, a mirar a los ojos, a hablar alto y claro. Las próximas lecciones de la escuela de la decencia común tratarán sobre como gestionar nuestra propia existencia individual y colectiva sin intermediarios de las corporaciones privadas ni de las corporaciones estatales.

(Lo apunto aquí para no olvidarme; no es tanto  exigir, pedir, a las instituciones privadas o públicas, sino lo que quiero es hacer. Tengo la sensación de que si hago es cuando se mueve la realidad. Hacer lleva directamente al olvidado mundo de las tradiciones emancipatorias, a la propiedad comunal, a la gestión de la vida cotidiana por uno mismo. )



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