Pequeñas gigantescas amenazas cotidianas
El 15 de Mayo Dominguet cogió las vacaciones y desde ese momento los acontecimientos se precipitaron por todo el pais. Bién, ahora tiene que volver a incorporarse al curre ¿acaso no resulta sorprendente que el mismo día que se incorpora al trabajo se desmantele la gran acampada de Mandril?
¿Qué le ocurrirá al movimiento asambleario? La pieza clave es Dominguet; si Dominguet se mantiene activo politicamente el movimiento sobrevivirá. Así que el enemigo del asamblearismo tiene nombre. Tiene dos nombres. 1) La pereza 2) La falta de tiempo. Atrás dejamos otros enemigos del asamblearismo como la manipulación de masas o cualquier otro agente externo que se infiltra en los cerebros de los mandrileños. Vamos a empezar por nuestros enemigos internos.
1) La pereza. Suena el despertador que marca la asamblea o la acción política. Si el brazo de Dominguet es lo suficientemente largo, lo apagará y seguirá durmiendo. Dormir. Si Dominguet está dormido, alguién, el Gran Afanador, estará despierto. Y el Gran Afanador puede hacer todo el ruido que deseé por la casa mientras roba el futuro; disolvió una pastilla para dormir en el vaso de leche que toma Dominguet a media noche.
2) La falta de tiempo. La falta de tiempo también es un enemigo interno/externo absoluto. Todo sucede: la revolución, el amor, el pensamiento crítico, ese granito de arena que Dominguet podría dejar caer desde el balcón de su casa y provocar un alud que sepultara las oficinas centrales del Gran Afanador, si, podría suceder. Pero si Dominguet se encuentra en el trabajo, no puede suceder. No puede suceder, de momento, que Dominguet se encuentre en el trabajo y simultaneamente en la asamblea. Y el Gran Afanador lo sabe.
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