Reflexiones en torno a ¡Terrible!

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Reflexiones de grado 2,8 sobre 10

Hoy Dominguet se ha puesto su narizota roja de payaso y se ha convertido en un experto. Resumimos aquí, en un breve extracto sus condensadas opiniones sobre ¡Terrible!

"¿Internet se ha convertido en la ilusión de la participación?", piensa Dominguet durante 30 segundos. Entonces abre el `Diagonal´ y descubre que el exceso de información provoca "amnesia colectiva" "la saturación hace que se olvide lo que pasó hace un año" Dominguet creía que era el hachis lo que había jibarizado su memoria, así como su paso firme hacía la decrepitud. Por otra parte, Dominguet siempre ha estado seguro que `¡Terrible!´ ha contribuido a la banalización, pero sobre todo que ha participado en el proyecto de hacer real internet ¿Y como se hacía real? Dominguet siempre sospechó de B. Gates cuando dijo hace cuatro años "¡Hacen falta más blogs!" ¿había algo de sulfuroso y oscuro en las palabras de B. Gates? ¿Microsoft necesitaba de `Terrible´? No, lo que necesitaba era contenido. Lo siguen necesitando. Si no ocurren sucesos tan trágicos como el del joven que buscó "Como hacer un Tipi" y en el primer lugar de su búqueda apareció un artículo de `Terrible´y eso desprestigia enormemente lo práctico de internet, . No, no es cierto que el exceso de información provoque amnesia colectiva ¿Quién fué el primero que afirmo eso? Eso mismo escuchó Dominguet de los fanzines. La peña decía como un mantra "¡hay demasiados fanzines!" ¡Demasiados! Lo que hacía falta es que hubiera más. Si algo tenían de maravilloso los fanzines es que estaban fuera de control. ¿No será más bien que el déficit de información y su control es lo que provoca la amnesia? ¡Pero que nadie piense que la censura vendrá directamente desde el poder! Llegará bajo la forma de vecino. ¿No encontramos que en más y más blogs hay un apartado para denunciar? Lo llaman "Marcar" en la neolengua. Efectivamente, ya no es necesario un juez para secuestrar un medio, ahora un desconocido pincha en "Marcar" y se eliminan cientos de artículos. Se pierden en la nada. En Facebook, ni tan siquiera hace falta un vecino que pulse "Marcar", esa función la hace una máquinita que considera que el usuario realiza "actividades sospechosas" como invitar e invitar lo que en el mundo facebookiense se denomina "hacer amigos". Pero en la mente de Dominguet lo que más le inquieta no es tanto el control o la censura, sino la aparición de miriadas de jerarquias. Son muy parecidos a nosotros. Caen bien. Gozan de estatus. Se llaman especialistas, y están muy especializados. Cuando ellos hablan, los demás se callan.