¡Ay! Las técnicas de los técnicos no dejan de superar nuevos obstáculos y sorprendernos
Hacia unos métodos más modernos
Dominguet recuerda que en el metro de Mandril había grandes y gruesas puertas compactas y metálicas que impedían el acceso de los viajeros a los andenes en las horas punta, cuando estaban abarrotadas.Esas puertas estuvieron mucho tiempo allí, pero nadie las recuerda.
Si usted se sitúa justamente frente a la espalda de un mandrileño cualquiera, descubrirá una pequeña cicatriz en la parte posterior del caneo. Por ahí es donde se introducía un tubito aspirador con el que absorber algunos de los recuerdos. Ahora los más jóvenes no tienen agujeros en la cabeza por donde desaparece la historia, pero tampoco tienen los recuerdos. Quizá un nuevo método indoloro y aséptico, invisible a los ojos, ha sustituido al tradicional al agujero en el craneo.
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