¡Oh! Como no usar las zapatillas que andan solas, ¡podríamos quedarnos atrás!
¡Ay!
Llegaron a Mandril las zapatillas que andaban solas una mañana de agosto. Inmediatamente después fueron detenidas y diseccionadas. Dijeron ¡Ay! Su muerte no fué en vano.
Al poco tiempo las fábricas de Mandril producían más de mil zapatillas que andaban solas por hora. Los mandrileños se las pusieron, pagaron y comenzaron a andar solos. ¡Qué fácil era caminar ahora! ¡Y qué practicas! ¡Y qué chulas! Pero al poco tiempo lo mandrileños dijeron ¡Ay!. Las zapatillas que andaban solas generaban rozaduras, ampollas y sangre a razón de mil heridas por hora ¡Eran tan prácticas! ¡Y qué fácil era andar con ellas! ¡Y qué chulas! Los mandrileños llegaban a casa, se miraban los pies, y derramaban una lágrima. El dolor les impedía mirar a los ojos de sus amadas, sonreir, leer, estimular sus cuerpos y sus mentes. ¡Ay! Mañana deberían volversea poner las zapatillas que andaban solas. Solo un consuelo impedía arrojarlas por la ventana. Algún dia una técnica aún más compleja permitiría la creación de unas nuevas zapatillas que andaran solas, pero eso si, sin rozaduras ni heridas, y ese dia la humanidad se entregaría al amor y los libros. Pero hasta entonces una palabra se repite a diario, como un mantra "ay ay ay ay"
1 comentario:
Pues nada, a poner chanclas que no andan solas pero le dejan a una ir a donde quiera sin causar destrozos ni producir graves efectos secundarios. Este comentario es un poco diacrónico, que le vamos a hacer!
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