lunes, 16 de agosto de 2010

Poesía, extravagancia, amor, tartamudez y organización


El sujeto del que hablamos se encuentra allí. Pero no puede verse a simple vista.
Sobre la organización

¡Hay que organizarse! Vale. Uno llega a una organización obreril, pero se aturulla con su propia voz, y al final, le entregan panfletos escritos por otro para que los deje por ahí.

¿Era eso organizarse? ¿Qué ocurre, que los tímidos y los tartamudos no pueden intervenir en la sociedad? ¿Ustedes han visto alguna vez a un cura con un parche en un ojo, una cicatriz que le cruce la cara y pata de palo, dando la misa? No, claro. ¿Quién hay al final de la sala, en la penumbra? Nada dice. Hay una lengua en el suelo, se le cae siempre que se dirige a un grupo de más de dos personas, pero os lo aseguro, tiene algunas cosas que decir ¡Por la revolución! Mejor que se esté callado, porque si por un dia hablara, libre, hablaría como un loco. "Dice cosas raras" dirían. Y las gentes confundirían el socialismo con un lugar donde pasean los locos, y así, el futuro jamás llegará. ¡Ay!, ¿donde irá este señor? Es absolutamente necesario organizarse para que vuelva a salir el Sol, coge los panfletos de otro y los deja por ahí.

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