¡Ningún problema sin solución!

Instante previo a la liquidación del problema

¡Adiós a los problemas!

Creía que había declarado la guerra al mundo. Se encontraba equivocado. Era el mundo el que había declarado la guerra contra él.

Cuando descubrió la aparición de un problema en el suelo del salón llamó por teléfono y dijo "Tengo un problema". Al otro lado del teléfono el operador le respondió con una enigmática sentencia: "No, usted es el problema". Sorprendido le dijo "Entonces, ¿se niegan a asumir sus responsabilidades?. "Para nada" comentó el operador, y se interrumpió la comunicación.

Después de un tiempo indeterminado -podrían ser meses o años- un hombre llamó a la puerta. "¿Es usted el del problema?" preguntó aquel hombre. Y al responder afirmativamente recibió varios disparos en el corazón. En ese mismo instante el problema del suelo del salón desapareció.