Todos desean entrar en el tren cuyos cristales devuelven la felicidad
Chu cu chú
Chu cu chú
Su cuerpo se ha empezado a pudrir, pero tiene un billete y dice que jamás se bajará. Protagoniza las noticias y su fama recorre el mundo.
Todos coinciden en una cosa: mola. Y no se levanta ni se baja del tren porque los cristales del vagón al atravesar túneles infinitos ya no devuelven el reflejo de la decrepitud sino el terso y glorioso atlético cuerpo de su juventud
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