martes, 7 de junio de 2011

Ensayito sobre los brazos

 Al abrir uno de los cajones del escritorio de Botin, Dominguet ha encontrado esto

¡La falta de brazos es revolucionaria!

Dominguet se ha apartado de la revolución durante unos dias y se ha ido a la playa hasta el jueves. A ustedes quizá les parezca frívolo, pero más frívolo es faltar de la revolución porque uno tiene que ir a curre. Más frívolo todavía es escribir un artículo sobre la falta de brazos como acción revolucionaria

Una chica o un chico sin brazos podrán ser deliciosos, sociables, bellos, sensibles, locuaces, alegres, pero en cuanto se ponga a comer o le pida ayuda para ir al baño, es muy probable que se sienta rechazado. La redacción de este periódico afirma que meter la cabeza en un plato de espaguetis para comer nos debería parecer maravilloso. En realidad tener brazos es el primer paso para ser un esclavo o algo parecido. Mucho nos tememos que los brazos no nos pertenecen. Observen que en cuanto alguien pierde los brazos se le aparta de todos los lados, pero lejos de resultar indefenso es peligroso. No puede empuñar un arma, no puede diseñar un rascacielos, en definitiva, podría no generar plusvalías. Un ejército o un cuerpo de policía de soldados y agentes sin brazos sería muy diferente a lo que conocemos actualmente. Quizá tuviera cierto reconocimiento popular. Una de las huelgas más temibles y quizá menos practicada es la huelga de brazos caidos. Aquí podemos decirlo; un hombre o una mujer sin brazos es una revolucionaria. No puede ser explotado pero puede acariciar la mejilla de su amado con los pies, pintar un cuadro o escribir una carta de amor. Si perdiésemos todos los brazos simultaneamente el capitalismo global se vendría abajo y comenzaría el cultivo de nuestros huertos urbanos con los pies, y estaríamos muy atentos a que nadie tratara de apropiarse de nuestras piernas. Haremos lo posible para evitar ser reducidos a solo un tronco, y aún así, buscaremos como sea las posibilidades emancipatorias de carecer de brazos, piernas y cabeza

3 comentarios:

Nemo dijo...

Los malayos de Borneo llaman "hombre de la selva" a un mono que por allí vive: el orangután. Dicen de ellos que si no hablan es para que no se les obligue a trabajar.

Dominguet dijo...

Siempre me cayeron bién los orangutanes, no sé por qué. Ahora lo sé. Oh, no es tanto que lo orangutanes teman trabajar ( lo hacen a diario para arrancar las hojas o balancearse o encontrar comida) Lo que detestan es que los hagan trabajar para otros, forzadamente.

Anónimo dijo...

Los humanos somos muy listos y sabemos vivir de moca a cuenta de los demás, pero incluso para eso se necesitan brazos y dedos para manipular. Vivir sin brazos es privilegio de los reptiles oferece manzanas podridas

 
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