Otro cerebrito ha vuelto a explotar
Terrorismo a una pequeña pero enorme escala
Terrorismo a una pequeña pero enorme escala
Explotan bombas en el cerebro. Son diminutas, nadie las ve, y su efectos se sienten ya cuando es demasiado tarde.
Una explosión justo cuando parecía todo posible. Caen diez mil neuronas y se abre una enormidad imposible justamente ante uno. Explota otra bomba; ¿quién la puso? ¿hace cuantos años permanecía latente esperando el momento oportuno? Dominguet pasea por mandril y observa como cambian los rostros de los hombres en las ciudades, sus sonrisas ahora parecen forzadas. Un mandrileño se cruza ante él, su mirada le delata ¡cuantas bombas cerebrales le explotaron dia si dia no en su cerebro! Los amantes se despiden, quizá para siempre, ¿en qué momento les explotó la bomba? Las bombas explotan, están sincronizadas con los acontecimientos, hombres y mujeres se repliegan hacía los abismos, la guerra parece no tener fin. Se puede retardar la explosión, pero no sirve de nada. Dominguet sabe que las bombas pueden ser desactivadas, por ello está a favor de la creación de talleres populares de desactivación de las bombas cerebrales,¡hay que eliminar el secreto los antes posible! Avisar, enseñar, desactivar. Imagínenselo. Seis mil millones de hombres y mujeres con cerebros sin bombas en 2022. ¡Qué corra la voz!
3 comentarios:
Que todos los mandrileños metan su cabeza bajo el agua. La humedad suele ser mala para las bombas.
¡Rápido, todos a bañarse en las fuentes públicas!
Nota: cada 120 segundos exactos todo mandrileño sacará la cabeza del agua, respirará hondo y la volverá a sumergir. No quiero ser el culpable accidental de un genocidio.
Gran sistema. ¿Pero dos minutos bajo el agua desactiva las bombas? Y aún así, los mandrileños con pulmones pequeños y estrechos...¿qué harán? Ellos también tienen derecho a desactivar sus bombas. Pero, ¿realmente los mandrileños desean desactivar su bombas crebrales?
La verdad es que mi método para desactivar bombas cerebrales es muy peligroso y recuerda sospechosamente a esa técnica de interrogatorio policial llamada "la bañera"...
Ahora caigo, ¡esta chapuza de solución me la ha dictado mi propia bomba cerebral!
¿Alguien puede prestarme una guillotina? Prometo devolverla enseguida.
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