lunes, 15 de junio de 2009

Sin noticias de Dominguet


No son todo grandes inconvenientes, a veces, la secta recompensa a Domiguet para que pueda realizarse como ser persona en esta divertida lavadora humana

Dominguet ha desaparecido

A diario aparecen y desaparecen hombres. Ya lo sabemos. Y Dominguet ha desaparecido. Algunos creen a verle visto en un periplo interminable, recorriendo de costa a costa Mandril como en una deriva psicogeográfica, asombrándose del paisaje destruido, de los individuos atómizados, de las relaciones interpersonales etereas, perdido en el dia a dia. Están equivocados.

Dominguet creía que si se empeñaba en hacer vudú podría acabar de una vez por todas con el trabajo asalariado. Realmente ocurrió de otra manera, fué el trabajo forzado el que se empeñó en hacer vudú con Dominguet. Y fué atrapado. Como en una secta brutal. Algunos creían que vagabundeaba por aquí y allá asombrándose de lo cotidiano, atravesando con barras de acero las ruedas de la megamáquina. No fué así. Dominguet fué captado. No podemos saber cuando pudo ocurrir, pero sucedió, y así, Dominguet se encarga como cada tarde en aplicar aceite a los engranajes de la magamáquina para que todo continue igual, suave, sin demasiadas estridencias, al ritmo constante de la máquina inmensa. Los gurús de la secta están satisfechos con él.


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