Dominguet inoculando superpoderes a un hombrecito volador
El hombrecito volador de Dominguet
Una mañana un hombrecito volador revoloteó alrededor de Dominguet. Sonrieron. Le entregó una migita de pan, y poco después se posó ensimismado sobre su hombro.
Dominguet y el hombrecito volador hablaron y hablaron sobre lo justo y lo injusto, la abolición del trabajo forzado, la abolición de clases, incluso sobre el tratado de Kioto. Silbaba y trinaba y se miraban a los ojos, y un día cuando el hombrecito volador saltaba aquí y allá sobre la cabeza, el hombro y la mano de Dominguet, este dijo:
"Ya eres mio"
Una mañana un hombrecito volador revoloteó alrededor de Dominguet. Sonrieron. Le entregó una migita de pan, y poco después se posó ensimismado sobre su hombro.
Dominguet y el hombrecito volador hablaron y hablaron sobre lo justo y lo injusto, la abolición del trabajo forzado, la abolición de clases, incluso sobre el tratado de Kioto. Silbaba y trinaba y se miraban a los ojos, y un día cuando el hombrecito volador saltaba aquí y allá sobre la cabeza, el hombro y la mano de Dominguet, este dijo:
"Ya eres mio"
Y el hombrecito volador se durmió entre las cálidas manos de Dominguet
Desde entonces el hombrecito volador ha dejado de silbar y mira con tristeza más allá del balcón
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