¡Técnica infalible para reconstruir el mundo!
Antes de comenzar a leer esta noticia, el lector debe abandonar la idea trasnochada de que es posible un mundo donde el dinero sea abolido y reine por doquier el don y el regalo sin correspondencia.
Para hacer un nuevo mundo en solo cinco minutos debe establecerse una regla de oro: la prohibición total y sancionable del regalo y el don. Sobre estas actividades, por ejemplo; dar la hora gratis, indicar una dirección a un hombre perdido, hablar con un borracho solitario en un bar, que se hacían hasta ahora porque si y nadie exigía nada a cambio deben profesionalizarse, es decir; todo debe venderse ¿Acaso no pagamos para ser curados? ¿Por qué entonces no vamos a cobrar a un ciego para ayudarle a cruzar una calle o salvar a un niño que se está ahogando?. Todos sabemos que ningún hotelero daría cama gratis a un viajero descalzo ¿Por qué entonces deberiamos hacerlo nosotros?. Ya es hora de democratizar el acto mercantil. Basta ya de que la apropiación del conocimiento y el ejercicio de la compra venta solo sea propiedad de unos pocos. Todos tenemos derecho. Regalar al otro un beso o una caricia debe ser considerado un acto de competencia desleal. Había algo sospechoso en el buen rollismo. Ahora sabemos desde un punto de vista productivista, la incitación a la pereza que llevaba implícito el buen rollismo.
Ya es hora de hacer el mundo de nuevo
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