Cómo construir un artículo de humor
Para construir un divertido artículo humorístico lo que usted debe hacer es escribir un texto especialmente aburrido. Ayer, después de un día al borde del infarto, Dominguet llegó a casa, y escribió algo para nada gracioso:
El asunto es el siguiente; la mayor parte de nuestra vida cotidiana la pasamos en el trabajo, ahora bién, ¿como hacer una tortilla con la vida auténtica y con el trabajo asalariado? El trabajo asalariado está lleno de trampas. En algún lugar del trabajo uno deja de ser uno mismo, por lo general en la taquilla y apartir de ahí, cualquier variación del programa con el fin de dirigirse hacia lo auténtico exige la realización de filigranas formidables, complicadas, aún más para aquellos friegaplatos tímidos y tartamudos cuyo umbral de estrés y pánico se encuentran en cotas facilmente rebasables. Aun así se realizan gestos decididos, como participar en algún sindicato asambleario alternativo. Y todo se complica; más aún cuando uno no desea convertirse en sindicalista. El temor a ser vampirizado, a la respuesta ante los demás, a hablar ante un grupo de compañeros para solicitar candidatos, a promover la unión para evitar ser pisado o simplemente para que los sueldos no se vean rebajados, o se cubran las bajas o las jubilaciones, o que el servicio no sea privatizado. Todo ello, no solo lleva al friegaplatos al estrés, a la valoración por el otro, al infarto y al terror, sino además a la anulación y a la manipulación por doquier. Uno quiere organizarse, pero no perderse en una organización. Uno quiere ser el mismo, trasladar lo auténtico en el trabajo, llamar a la poesía y a lo radical. Llamar a lo nuevo, a la imaginación, a lo fantástico, pero el peso muerto del mundo pesa como un muerto. ¿Donde queda lo maravilloso de uno mismo en lo laboral? Uno desea un mundo de cuidados, y eso no significa necesariamente que se desee un Mandril donde la jubilación sea a los 65 o 64 años. Un psicoterapeuta diría que uno crea resistencias al cambio, que teme enfrentarse a la realidad, que solo quiere evitar responsabilidades. Quizá. El miedo al otro es inmenso, ¿pero por qué entrar en el juego del otro, inmerso en una lucha por lo práctico? - y aquí habría que ver si realmente es tan práctico- ¿Qué sentido tiene luchar por un sueldo digno cuando el mundo se va al carajo? En cuanto uno sale de uno mismo se encuentra en un lugar que no es el propio. Y eso no mola. Y declarar a los cuatro vientos el propio mundo, y proclamarlo amablemente, amigos y amigas, es tan difícil. Pero es lo deseable, y dependiendo de sus fuerzas es posible que le lleve al friegaplatosmás de mil años.
Bién amiguitos; ya tenemos un aburrido texto donde se mezclan los temores del autor, las exigencias de los otros, las necesidades de cambio y los enemigos. Solo falta lo amoroso, quizá algo de drogaina por medio, unas dosis de escotología y una risas enlatadas para hacer jijijaja. El texto es un rollo, eso no lo niega nadie, pero de hecho era lo que necesitábamos. Hay quién dice unas buenas risas siempre vienen precedidas de la desgracia. Es mentira. Un hombre va a besar al amor de su vida pero resbala y caé por un undécimo piso, ¿qué tiene eso de gracioso? Sin embargo cuando un hombre va a besar a la mujer de su vida y asciende al undécimo piso, eso si que produce sorpresa y alguna carjada. Bién, vamos a reajustar el texto anterior y vamos a crear un inmenso chiste. Eso será dentro de unas horas. El autor pinchó ayer y dejó la bici tirada por ahí, en un lugar muy oscuro de Mandril. Hoy no trabaja, y en lo que tarde en afeitarse, ducharse, hacer el pino, tomar un café, desplazarse hasta el lugar de la bicicleta, cambiar la rueda, volver , hacer la compra, preparar una paella, abrir una botella de vino, luchar contra la somnolencia, caer abatido por un pesado sueño, despertar sobresaltado anocheciendo, reanudará el texto sobre como hacer un artículo graciosillo.
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